AN ISLAND IN THE DESERT
El Paso y Ciudad Juárez son parte de la cuenca del río Grande o río Bravo. Un paisaje que abarca la geografía de tres estados americanos y cuatro mexicanos. Rodeadas por el desierto de Chihuahua y aisladas por largas distancias de los centros estatales y nacionales, las dos ciudades se retroalimentan y complementan mutuamente.
El río, más allá de ser el hecho geográfico - y político - que determina la frontera, es la columna vertebral de una región que transgrede la unidimensionalidad de la línea divisoria entre los dos países. Ha sido históricamente el principal recurso de agua y actualmente se encuentra altamente intervenido. El río es el protagonista que nos introduce en las historias que conforman esta fascinante región fronteriza...
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El Paso y Ciudad Juárez son parte de la cuenca del río Grande o río Bravo. Un paisaje que abarca la geografía de tres estados americanos y cuatro mexicanos. Rodeadas por el desierto de Chihuahua y aisladas por largas distancias de los centros estatales y nacionales, las dos ciudades se retroalimentan y complementan mutuamente.
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El Paso y Ciudad Juárez son parte de la cuenca del río Grande o río Bravo. Un paisaje que abarca la geografía de tres estados americanos y cuatro mexicanos. Rodeadas por el desierto de Chihuahua y aisladas por largas distancias de los centros estatales y nacionales, las dos ciudades se retroalimentan y complementan mutuamente.
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Postcard from:
Pablo, Architectural Designer
Postcard from:
Eric, CEO of El Paso Community Foundation
THE RIVER AS A RESOURCE
Con la firma del tratado internacional NAFTA en los 90’s, el proceso de industrialización en la región se aceleró. Como consecuencia, la demanda hídrica y la contaminación de las aguas del río aumentaron, generando la necesidad de implementar estrategias de control y manejo de aguas más eficientes. Sin embargo, las respuestas y proyectos implementados fueron principalmente de carácter ingenieril (represas y canalizaciones). Este enfoque acrecentó el daño a los sistemas naturales del río y su entorno. Al día de hoy, el río ya no es el mayor abastecedor de agua de la región y el estrés hídrico se ha extendido hacia sus acuíferos.
En la triple frontera entre Nuevo México, Texas y Chihuahua, estas disrupciones se hacen evidentes. En este lugar, un escuálido curso de agua que logra cruzar la presa que desvía las aguas hacia el canal Franklin en el lado Americano, genera un pequeño entorno natural en el cual pastos de humedal y algunas grullas nos relatan sobre su potencial medioambiental. Las únicas personas que se encuentran en el lugar son un par de soldados mexicanos que caminan a pocos metros del monolito que demarca la frontera. Desde los cerros y las riberas se alzan rejas metálicas de alta seguridad y torres con cámaras de vigilancia. Todo lo cual nos recuerda que estamos en una de las fronteras más transitadas - y conflictivas -del mundo…
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Con la firma del tratado internacional NAFTA en los 90’s, el proceso de industrialización en la región se aceleró. Como consecuencia, la demanda hídrica y la contaminación de las aguas del río aumentaron, generando la necesidad de implementar estrategias de control y manejo de aguas más eficientes. Sin embargo, las respuestas y proyectos implementados fueron principalmente de carácter ingenieril (represas y canalizaciones). Este enfoque acrecentó el daño a los sistemas naturales del río y su entorno. Al día de hoy, el río ya no es el mayor abastecedor de agua de la región y el estrés hídrico se ha extendido hacia sus acuíferos.
En la triple frontera entre Nuevo México, Texas y Chihuahua, estas disrupciones se hacen evidentes. En este lugar, un escuálido curso de agua que logra cruzar la presa que desvía las aguas hacia el canal Franklin en el lado Americano, genera un pequeño entorno natural en el cual pastos de humedal y algunas grullas nos relatan sobre su potencial medioambiental. Las únicas personas que se encuentran en el lugar son un par de soldados mexicanos que caminan a pocos metros del monolito que demarca la frontera. Desde los cerros y las riberas se alzan rejas metálicas de alta seguridad y torres con cámaras de vigilancia. Todo lo cual nos recuerda que estamos en una de las fronteras más transitadas - y conflictivas -del mundo…
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Con la firma del tratado internacional NAFTA en los 90’s, el proceso de industrialización en la región se aceleró. Como consecuencia, la demanda hídrica y la contaminación de las aguas del río aumentaron, generando la necesidad de implementar estrategias de control y manejo de aguas más eficientes. Sin embargo, las respuestas y proyectos implementados fueron principalmente de carácter ingenieril (represas y canalizaciones). Este enfoque acrecentó el daño a los sistemas naturales del río y su entorno. Al día de hoy, el río ya no es el mayor abastecedor de agua de la región y el estrés hídrico se ha extendido hacia sus acuíferos.
En la triple frontera entre Nuevo México, Texas y Chihuahua, estas disrupciones se hacen evidentes. En este lugar, un escuálido curso de agua que logra cruzar la presa que desvía las aguas hacia el canal Franklin en el lado Americano, genera un pequeño entorno natural en el cual pastos de humedal y algunas grullas nos relatan sobre su potencial medioambiental. Las únicas personas que se encuentran en el lugar son un par de soldados mexicanos que caminan a pocos metros del monolito que demarca la frontera. Desde los cerros y las riberas se alzan rejas metálicas de alta seguridad y torres con cámaras de vigilancia. Todo lo cual nos recuerda que estamos en una de las fronteras más transitadas - y conflictivas -del mundo…
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Con la firma del tratado internacional NAFTA en los 90’s, el proceso de industrialización en la región se aceleró. Como consecuencia, la demanda hídrica y la contaminación de las aguas del río aumentaron, generando la necesidad de implementar estrategias de control y manejo de aguas más eficientes. Sin embargo, las respuestas y proyectos implementados fueron principalmente de carácter ingenieril (represas y canalizaciones). Este enfoque acrecentó el daño a los sistemas naturales del río y su entorno. Al día de hoy, el río ya no es el mayor abastecedor de agua de la región y el estrés hídrico se ha extendido hacia sus acuíferos.
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Con la firma del tratado internacional NAFTA en los 90’s, el proceso de industrialización en la región se aceleró. Como consecuencia, la demanda hídrica y la contaminación de las aguas del río aumentaron, generando la necesidad de implementar estrategias de control y manejo de aguas más eficientes. Sin embargo, las respuestas y proyectos implementados fueron principalmente de carácter ingenieril (represas y canalizaciones). Este enfoque acrecentó el daño a los sistemas naturales del río y su entorno. Al día de hoy, el río ya no es el mayor abastecedor de agua de la región y el estrés hídrico se ha extendido hacia sus acuíferos.
En la triple frontera entre Nuevo México, Texas y Chihuahua, estas disrupciones se hacen evidentes. En este lugar, un escuálido curso de agua que logra cruzar la presa que desvía las aguas hacia el canal Franklin en el lado Americano, genera un pequeño entorno natural en el cual pastos de humedal y algunas grullas nos relatan sobre su potencial medioambiental. Las únicas personas que se encuentran en el lugar son un par de soldados mexicanos que caminan a pocos metros del monolito que demarca la frontera. Desde los cerros y las riberas se alzan rejas metálicas de alta seguridad y torres con cámaras de vigilancia. Todo lo cual nos recuerda que estamos en una de las fronteras más transitadas - y conflictivas -del mundo…
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Con la firma del tratado internacional NAFTA en los 90’s, el proceso de industrialización en la región se aceleró. Como consecuencia, la demanda hídrica y la contaminación de las aguas del río aumentaron, generando la necesidad de implementar estrategias de control y manejo de aguas más eficientes. Sin embargo, las respuestas y proyectos implementados fueron principalmente de carácter ingenieril (represas y canalizaciones). Este enfoque acrecentó el daño a los sistemas naturales del río y su entorno. Al día de hoy, el río ya no es el mayor abastecedor de agua de la región y el estrés hídrico se ha extendido hacia sus acuíferos.
En la triple frontera entre Nuevo México, Texas y Chihuahua, estas disrupciones se hacen evidentes. En este lugar, un escuálido curso de agua que logra cruzar la presa que desvía las aguas hacia el canal Franklin en el lado Americano, genera un pequeño entorno natural en el cual pastos de humedal y algunas grullas nos relatan sobre su potencial medioambiental. Las únicas personas que se encuentran en el lugar son un par de soldados mexicanos que caminan a pocos metros del monolito que demarca la frontera. Desde los cerros y las riberas se alzan rejas metálicas de alta seguridad y torres con cámaras de vigilancia. Todo lo cual nos recuerda que estamos en una de las fronteras más transitadas - y conflictivas -del mundo…
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En la triple frontera entre Nuevo México, Texas y Chihuahua, estas disrupciones se hacen evidentes. En este lugar, un escuálido curso de agua que logra cruzar la presa que desvía las aguas hacia el canal Franklin en el lado Americano, genera un pequeño entorno natural en el cual pastos de humedal y algunas grullas nos relatan sobre su potencial medioambiental. Las únicas personas que se encuentran en el lugar son un par de soldados mexicanos que caminan a pocos metros del monolito que demarca la frontera. Desde los cerros y las riberas se alzan rejas metálicas de alta seguridad y torres con cámaras de vigilancia. Todo lo cual nos recuerda que estamos en una de las fronteras más transitadas - y conflictivas -del mundo…
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Con la firma del tratado internacional NAFTA en los 90’s, el proceso de industrialización en la región se aceleró. Como consecuencia, la demanda hídrica y la contaminación de las aguas del río aumentaron, generando la necesidad de implementar estrategias de control y manejo de aguas más eficientes. Sin embargo, las respuestas y proyectos implementados fueron principalmente de carácter ingenieril (represas y canalizaciones). Este enfoque acrecentó el daño a los sistemas naturales del río y su entorno. Al día de hoy, el río ya no es el mayor abastecedor de agua de la región y el estrés hídrico se ha extendido hacia sus acuíferos.
En la triple frontera entre Nuevo México, Texas y Chihuahua, estas disrupciones se hacen evidentes. En este lugar, un escuálido curso de agua que logra cruzar la presa que desvía las aguas hacia el canal Franklin en el lado Americano, genera un pequeño entorno natural en el cual pastos de humedal y algunas grullas nos relatan sobre su potencial medioambiental. Las únicas personas que se encuentran en el lugar son un par de soldados mexicanos que caminan a pocos metros del monolito que demarca la frontera. Desde los cerros y las riberas se alzan rejas metálicas de alta seguridad y torres con cámaras de vigilancia. Todo lo cual nos recuerda que estamos en una de las fronteras más transitadas - y conflictivas -del mundo…
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Postcard from:
Tracy, CEO at Paso del Norte C. Foundation
Postcard from:
Luis Enrique, Hope Border Institute
THE RIVER AS A BORDER
En 1864 lluvias torrenciales modificaron el curso del río de forma dramática. 283 hectáreas de territorio mexicano saltaron repentinamente al lado americano. Lo que vino después fueron años de disputas y negociaciones para redefinir lo que sería la línea fronteriza definitiva. Este evento imprevisto puso en evidencia que el borde puede a veces ser un hecho relativo y dinámico.
Finalmente, el acuerdo de 1963 puso fin a las disputas fijando la frontera en un punto intermedio. El trazado del río se modificó - esta vez de forma artificial - y se canalizó entre muros de concreto. De esta forma se lograría controlar definitivamente el río descarriado. En las décadas posteriores, el aumento progresivo en infraestructura y seguridad han ido reforzando un paisaje de barreras. Dos carreteras a cada lado además de las ya mencionadas rejas y cámaras de seguridad se suman a la presencia de soldados y patrullas fronterizas, generando un espacio intransgredible. Es en medio de este paisaje agresivo que los puentes adquieren un inesperado rol cívico...
En 1864 lluvias torrenciales modificaron el curso del río de forma dramática. 283 hectáreas de territorio mexicano saltaron repentinamente al lado americano. Lo que vino después fueron años de disputas y negociaciones para redefinir lo que sería la línea fronteriza definitiva. Este evento imprevisto puso en evidencia que el borde puede a veces ser un hecho relativo y dinámico.
Finalmente, el acuerdo de 1963 puso fin a las disputas fijando la frontera en un punto intermedio. El trazado del río se modificó - esta vez de forma artificial - y se canalizó entre muros de concreto. De esta forma se lograría controlar definitivamente el río descarriado. En las décadas posteriores, el aumento progresivo en infraestructura y seguridad han ido reforzando un paisaje de barreras. Dos carreteras a cada lado además de las ya mencionadas rejas y cámaras de seguridad se suman a la presencia de soldados y patrullas fronterizas, generando un espacio intransgredible. Es en medio de este paisaje agresivo que los puentes adquieren un inesperado rol cívico...
En 1864 lluvias torrenciales modificaron el curso del río de forma dramática. 283 hectáreas de territorio mexicano saltaron repentinamente al lado americano. Lo que vino después fueron años de disputas y negociaciones para redefinir lo que sería la línea fronteriza definitiva. Este evento imprevisto puso en evidencia que el borde puede a veces ser un hecho relativo y dinámico.
Finalmente, el acuerdo de 1963 puso fin a las disputas fijando la frontera en un punto intermedio. El trazado del río se modificó - esta vez de forma artificial - y se canalizó entre muros de concreto. De esta forma se lograría controlar definitivamente el río descarriado. En las décadas posteriores, el aumento progresivo en infraestructura y seguridad han ido reforzando un paisaje de barreras. Dos carreteras a cada lado además de las ya mencionadas rejas y cámaras de seguridad se suman a la presencia de soldados y patrullas fronterizas, generando un espacio intransgredible. Es en medio de este paisaje agresivo que los puentes adquieren un inesperado rol cívico...